¿CÓMO OBTENER GRANADAS DE ALTA CALIDAD? TODO EMPIEZA CON LA NUTRICIÓN ADECUADA

La granada se ha consolidado como un cultivo de gran potencial en diversas regiones del Perú, este 2024 se certificaron 2.284 hectáreas, siendo Ica (75%) y Arequipa (22%) los principales productores. Desde su tercer año de instalación, este cultivo ha demostrado su capacidad para generar rendimientos sostenibles. Alcanzando un promedio de 40t/ha en el quinto año, para lograr esto, es importante realizar una nutrición balanceada. 

Las necesidades de nutrientes minerales varían en cada etapa del cultivo y están estrechamente relacionadas con la fenología de la planta. Por ejemplo, durante la fase de maduración del fruto, un exceso de nitrógeno en comparación con otros macronutrientes puede retrasar el proceso de maduración, reduciendo así la producción de frutos.

En este artículo conoceremos la importancia de los nutrientes en cada fase fenológica del cultivo, los cuales son un factor clave para mantener la calidad y una adecuada cosecha en la granada.

Imagen 1: Plantaciones de granada

Requerimientos nutricionales según etapa fenológica

  • Primera fase: Brotamiento al desarrollo vegetativo En esta etapa el nitrógeno es un elemento esencial para el crecimiento foliar, porque es importante para alcanzar una buena floración y, posteriormente, un buen desarrollo del fruto. Además, el fósforo tiene un papel relevante ya que influye en el crecimiento de las nuevas raicillas. Lo cual, brinda energía a la planta para todos sus procesos vitales. También se debe incluir en esta etapa al potasio, que es un elemento traslocador. Por último,  es importante considerar a los microelementos, sobre todo al zinc, hierro y manganeso, quienes participan en todos los procesos metabólicos de la planta.
  • Segunda fase: Floración y cuaje Aquí se recomienda continuar con las aplicaciones de nitrógeno. Esto para estimular el crecimiento de más hojas y brotes. También, el fósforo participa en el transporte de energía; y potasio, que es un elemento traslocador. En esta etapa es importante incluir las aplicaciones de calcio y boro, que permiten una mejor viabilidad al polen, un mejor cuajado y una buena formación de flor y fruto.
Imagen 2: Granada en etapa de floración y cuaje
  • Tercera fase: Crecimiento y madurez del fruto En esta etapa el potasio es un nutriente clave. Influye en el transporte de azúcares, facilitando su traslado desde la hoja hacia el fruto. Además, el magnesio es importante para lograr una mejor coloración. El calcio y el boro, por su parte, contribuyen a incrementar la firmeza de la pared celular y a mejorar la vida postcosecha. Asimismo, estudios recientes han destacado que las aplicaciones de zinc, hierro y manganeso pueden aumentar la concentración de jugos en la fruta, lo cual resulta relevante para el cliente final.
Imagen 3: Fruto desarrollado

El potasio: Nutriente esencial para la calidad de la granada

Es un nutriente clave para este cultivo. Se ha reportado que esta planta requiere más potasio que nitrógeno para obtener frutos de alta calidad. Desempeña un papel fundamental en diversos procesos del desarrollo del cultivo. Especialmente en la regulación de la apertura y cierre de estomas, lo que le permite afrontar condiciones de estrés ambiental como sequías y bajas temperaturas.

Además, este nutriente mejora la tolerancia de la granada a suelos salinos, favoreciendo su crecimiento en condiciones adversas. Su presencia también es vital para una corteza más firme y resistente, lo que reduce la aparición de frutos rajados y mejora la calidad general de la cosecha. Por otro lado, la deficiencia de potasio puede afectar de la siguiente forma:

  • El desarrollo de las yemas terminales.
  • Impacta negativamente la coloración del arilo.

Esto afecta negativamente la formación del fruto y su vida postcosecha. Debido a ello, mantener niveles adecuados de potasio es importante para asegurar no solo un crecimiento óptimo de la planta, sino también frutos más saludables y de mejor calidad.

Imagen 3: Rajaduras en el fruto

CONCLUSIÓN

Es así que el éxito en el cultivo del granado está estrechamente relacionado con el suministro adecuado de nutrientes en cada fase fenológica. Desde el brote inicial hasta la madurez del fruto, es esencial adaptar las aplicaciones de fertilizantes para satisfacer las necesidades específicas. Un manejo eficiente de estos nutrientes no solo mejora la calidad de la granada, sino que también optimiza la producción y asegura una cosecha rentable.

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